El verbo se hizo carne, prólogo del evangelio de Juan

La frase «el verbo se hizo carne y habitó entre nosotros» es la más conocida del prólogo del evangelio de Juan.

Los evangelios de Mateo y Lucas, que plantean una introducción basada en la infancia de Jesús y en los personajes de María (en el caso de Lucas) y José (en el caso de Mateo).

El Evangelio de Juan presenta un prólogo con dos etapas, en primer lugar un himno con un importante reflexión teológica y a continuación la presentación de Juan el Bautista con su testimonio a favor de Jesús.

Estudio del himno inicial

La estructura del prólogo de Juan

El prólogo (Jn 1) es un himno que condensa una reflexión teológica que da claves de comprensión para todos el evangelio de Juan.

En este primer capítulo se dan cita las principales influencias del evangelio de Juan:

  • la filosofía griega: Juan designa a Jesucristo como Logos, usualmente traducido como verbo o palabra, el principio que mantiene la cohesión del mundo en la filosofía estoica.
  • la respuesta a las influencias gnósticas (la palabra se hace carne)
  • la judía, referencias al Génesis «Al principio» y a la acción creadora de Dios mediante su Palabra (Gn 1, Is 40, 26, Sal 33, 6)

Juan bautista aparece en el himno como el gran testigo de Cristo. Como en otros evangelios es el puente entre la antigua y la nueva alianza de Dios. Resume todas las voces proféticas han dado testimonio del mesías.

«Habitó» está literalmente escrito como «puso su tienda entre nosotros», aludiendo a la tradición judía de las tiendas, la presencia real de Dios entre su pueblo. Jesús es el verdadero templo, desde el que tenemos la presencia de Dios.

El himno está construido de forma concéntrica. Cada grupo de versículos tiene otros de significado paralelo:

VersículosConceptoVersículos
1 al 5El verbo está junto a Dios, en su eternidad y en su acción creadora16 al 18
6 al 8Juan el Bautista15
9 al 11las llegadas del verbo al mundo y al pueblo judío:
– estaba viniendo al mundo
– vino a los suyos
– el verbo se hizo carne
14

Los versículos centrales 12 y 13 nos presentan la situación de filiación divina ofrecida a los creyentes.

Texto completo del himno del prólogo del Evangelio de Juan

(traducción de la Biblia de los Pueblos)

[1] Al principio ya existía la Palabra
y la Palabra se dirigía a Dios, y la Palabra era Dios.
[2] Ésta al principio se dirigía a Dios. 

[3] Todo existió por medio de ella,
y sin ella nada existió de cuanto existe.
[4] En ella había vida, y la vida era la luz de los hombres;
[5] la luz brilló en las tinieblas,
y las tinieblas no la comprendieron.

[6] Hubo un hombre enviado por Dios, llamado Juan,
[7] que vino como testigo,
para dar testimonio de la luz,
de modo que todos creyeran por medio de él.

[8] No era él la luz, sino un testigo de la luz.

[9] La luz verdadera que ilumina a todo hombre
estaba viniendo al mundo. 
[10] En el mundo estaba,
el mundo existió por ella,
y el mundo no la reconoció. 
[11] Vino a los suyos,
y los suyos no la acogieron. 

[12] Pero a los que la acogieron,
a los que creen en ella,
los hizo capaces de ser hijos de Dios: 
[13] quienes no han nacido de la sangre
ni del deseo de la carne,
ni del deseo del varón,
sino de Dios.

[14] La Palabra se hizo carne
y acampó entre nosotros.
Y nosotros contemplamos su gloria,
gloria como de Hijo único del Padre,
lleno de lealtad y fidelidad. 

[15] Juan grita dando testimonio de él:
Éste es aquél del que yo decía:
El que viene detrás de mí,
es más importante que yo,
porque existía antes que yo. 

[16] De su plenitud hemos recibido todos:
una lealtad que responda a su lealtad. 
[17] Pues la ley se promulgó por medio de Moisés,
la lealtad y la fidelidad se realizaron por Jesucristo.
[18] Nadie ha visto jamás a Dios;
el Hijo único, Dios, que estaba al lado del Padre, lo ha explicado. 

Para profundizar y compartir

Un ejercicio interesante en la lectura del prólogo es anotar las palabras que se repiten con cada uno de sus versículos para descubrir y destacar la forma en la que está escrito. Al mismo tiempo, resumir los diferentes bloques para destacar la estructura circular del himno.

Este comienzo es conveniente releerlo una vez se haya concluido toda la obra, porque podremos darnos cuenta cómo da luz y resume algunos de los temas que desarrolla el evangelio.

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