Los ángeles le servían (Mc 1, 12-15)

Comenzamos la Cuaresma con el evangelio de Marcos (Mc 1, 12-15) en el que Jesús permanece cuarenta días en el desierto mientras los ángeles le servían.

Domingo 1º de Cuaresma – Ciclo B. 18 de febrero de 2024 (Lecturas de cuaresma)

Mc 1, 12-15 «Los ángeles le servían»

En aquel tiempo, el Espíritu empujó a Jesús al desierto.

Se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; vivía con las fieras y los ángeles lo servían.

Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios; decía:
«Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios. Convertíos y creed en el Evangelio»

Comentario Evangelio Marcos 1, 12 – 15

El primer domingo de cuaresma nos sitúa siempre inmediatamente después de que Jesús acuda a ser bautizado por Juan, Jesús se retira al desierto, de donde saldrá renovado y volcado en su misión.

Este año, con el ciclo B de las lecturas, sacamos el texto del evangelista Marcos, que no incluye el detalle de las tentaciones que otros evangelistas sí nos narran en ese paso de Jesús por el desierto.

El desierto es el lugar bíblico de la prueba, pero tambíen de la manifestación de Dios.

La cita de hoy, mucho más breve, nos hace centrarnos en que a pesar de esas tentanciones, Dios está del lado de Jesús, ayudándole por medio de las fieras y los ángeles, lo natural y lo divino.

Al finalizar ese periodo, la determinación de Jesús ya no tiene marcha atrás, se lanza a por todas y Marcos nos lo muestra con una frase resumen de todo su mensaje.

Esta frase también va dirigida a nosotros hoy, porque ¡ahora es el momento!

Preguntas para la reflexión

¿Estamos dispuestos a dejarnos llevar por el Espíritu fuera de nuestra zona de comodidad y caprichos? ¿A no dejar ya para otro día aquello que tenemos que hacer?

En este momento de incertidumbre o duda, Jesús se retira al desierto, donde se pone en manos de Dios, y sale convencido y reforzado. En nuestros momentos de incertidumbre o duda (pasados o actuales) ¿cómo actuamos?

  • ¿sabemos encontrar ese desierto, o lo tenemos ya, para retirarnos?
  • ¿preferimos no hacer esa pausa para que todo quede en nuestras manos y no en las de Dios?