Estad en vela, no sabéis qué día vendrá el Señor (Mt 24,37-44)

La lectura del evangelio del primer domingo de Adviento ciclo A del 30 de noviembre de 2025 nos invita a estar «en vela», vivir preparados.

Lectura del Evangelio según San Mateo (Mt 24,37-44)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

Cuando venga el Hijo del hombre, pasará como en tiempo de Noé.
En los días antes del diluvio, la gente comía y bebía, se casaban los hombres y las mujeres tomaban esposo, hasta el día en que Noé entró en el arca; y cuando menos lo esperaban llegó el diluvio y se los llevó a todos; lo mismo sucederá cuando venga el Hijo del hombre: dos hombres estarán en el campo, a uno se lo llevarán y a otro lo dejarán; dos mujeres estarán moliendo, a una se la llevarán y a otra la dejarán.
Por tanto, estad en vela, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor.
Comprended que si supiera el dueño de casa a qué hora de la noche viene el ladrón, estaría en vela y no dejaría que abrieran un boquete en su casa.

Por eso, estad también vosotros preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.

Comentario al evangelio: «estad en vela»

Relato escatológico

Este relato del Evangelio que leemos en adviento es de los que llamamos de tipo «escatológico». Escatológico significa que habla de aquello que sucederá al final de los tiempos.

No son muy comunes en los evangelios este tipo de relatos. Pero esa espera de un final de los tiempos y de una segunda venida definitiva de Jesús, marcó mucho la fe de las primeras comunidades cristianas. Vivían esa esperanza como algo inminente. Con esa visión, de una final de los tiempos muy próximo, se escribieron estos relatos recordando y dando forma a las palabras que había pronunciado Jesús.

Nuestra mentalidad actual, dos mil años después, ha cambiado. No somos tan conscientes de un final de los tiempos, de una segunda venida de Jesús. Sin embargo aquí tenemos este evangelio para recordarnos unas palabras de Jesús que deben ayudarnos a replantearnos nuestra visión de la vida y actitud ante la misma.

Invitación a vivir alerta

¿Cómo leer este evangelio donde Jesús nos habla de unas actitudes ante un día final que quizá no tengamos en nuestro pensamiento? Una primera idea es que hay actitudes que no se pueden improvisar, sino que deben estar interiorizadas: Estar alertas, vigilantes. No ceder a la monotonía y andar dormidos por la vida.

¿Puede que el estilo de vida actual nos empuje a una inconsciencia?¿a no estar en el aquí y ahora de los planes de Dios? Si es así, tenemos esta llamada a estar en vela porque el Señor está cerca, porque sabemos seguro que va a venir. Ahora esto puede sonarnos a frase navideña, pero para los primeros cristianos el significado implicaba claramente que Dios iba a irrumpir en su vida cotidiana y su tiempo.

Jesús propone dos pequeñas parábolas para que nos sirvan de ejemplo. En primer lugar un ladrón pilla desprevenido a la persona a la que roba en su casa porque no sabe la hora a la que va a venir el ladrón (Mt 24, 44). Además, en los versículos posteriores a esta lectura, un criado que en ausencia del dueño se comporta imprudentemente y es sorprendido porque no sabía cuándo iba a llegar (Mt 24, 48-50). Estas dos pequeñas historias tienen algo en común: no conocer el momento del desenlace de la historia, no saber cuando se producirán unas consecuencias e intentar actuar controlando esos tiempos.

La actitud propuesta por Jesús es la contraria, estad en vela. Al contrario de lo que parece no será estar en tensión, sino que esa atención y preocupación nos traerá sosiego y paz. Si estamos atentos y despiertos para amar, para ofrecernos, iremos camino de una plenitud en nuestra vida.

Para reflexionar en grupo o personalmente

¿A qué situaciones externas o internas debe un cristiano estar atento?

¿Qué aspecto de mi vida encuentro adormecidos y en cuáles me considero alerta?