Mensaje del Papa Francisco a los jóvenes para el 2023

Recopilamos y resumimos los textos (carta, mensaje…) escritos por el Papa Francisco a los jóvenes durante el 2023 y presentamos las principales frases. Revisamos la carta por la Jornada Mundial de la Juventud del 2023 y otros escritos y discursos.

Resumen con los principales mensajes del Papa Francisco a los jóvenes para el 2023

  1. María es modelo de los jóvenes en movimiento orientados hacia Dios y hacia los demás, especialmente los más necesitados. ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Me intereso y me pongo a disposición? (Mensaje JMJ 2023)
  2. María es un ejemplo de joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás, sino que se mueve para buscar una conexión más genuina: el encuentro, compartir, amor y servicio. (Mensaje JMJ 2023)
  3. Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida. (Mensaje JMJ 2023)
  4. ¡Mi mensaje para ustedes, jóvenes, es el gran mensaje del que es portadora la Iglesia: es Jesús! (Mensaje JMJ 2023)
  5. Hacen falta jóvenes realmente transgresores, no conformistas, que no sean esclavos del móvil, sino que cambien el mundo como María, llevando Jesús a los demás, cuidando a los demás, construyendo comunidades fraternas con los demás, realizando sueños de paz. (Rezo del Ángelus en la Catedral de Asti, 20 de noviembre de 2022)
  6. Vosotros, chicos, chicas: ¿cuál es vuestro sueño para el mundo de hoy y de mañana? Os animo a soñar a lo grande, como Juan XXIII y Martin Luther King. Tras citar la frase «Tengo un sueño: que mis cuatro hijos pequeños vivan un día en una nación donde no se les juzgue por el color de su piel, sino por la dignidad de su persona» (Recepción tras el encuentro de educadores y alumnos, 28 de noviembre de 2022)

Mensaje del Papa Francisco para la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud 2023

Puedes encontrar el texto completo en:

Mensaje del Papa Francisco para la XXXVII Jornada Mundial de la Juventud 2023

Resumen de las ideas principales del mensaje del papa Francisco a los jóvenes por la JMJ 2023:

  • María se levanta y se pone en camino tras la anunciación. Experimentar la presencia de Cristo resucitado en la propia vida, es una explosión de luz que no puede dejar a nadie “quieto”.
  • María es modelo de los jóvenes en movimiento orientados hacia Dios y hacia los demás, especialmente los más necesitados.
  • ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Me intereso y me pongo a disposición?
  • La prisa de María es la de quienes saben poner las necesidades de los demás por encima de las suyas.
  • María es un ejemplo de joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás, sino que se mueve para buscar una conexión más genuina: el encuentro, compartir, amor y servicio.
  • Existe una prisa que nos lleva a vivir superficialmente sin compromiso ni atención, sin participar realmente. Sin poner en las cosas que hacemos la cabeza y, mucho menos, el corazón.
  • A muchos de nosotros nos ha sucedido que, inesperadamente, Jesús salió a nuestro encuentro
  • Es hora de volver a emprender sin demora el camino de los encuentros concretos, de una verdadera acogida de los que son diferentes a nosotros.
  • Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida.
  • ¡Mi mensaje para ustedes, jóvenes, es el gran mensaje del que es portadora la Iglesia: es Jesús!
  • María es el modelo de cómo acoger este inmenso don en nuestras vidas y comunicarlo a los demás, haciéndonos a su vez portadores de Cristo.

Repasamos con más detalle las ideas principales del texto.

Saludo Inicial

En primer lugar el Papa Francisco revisa los últimos lemas propuestos para la JMJ:

  • 2019 (JMJ de Panamá): Las palabras de María: He aquí la sierva del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38)
  • 2020 (JMJ diocesana): La frase de Jesús ¡Joven, a ti te digo, levántate! (Lc 7,14)
  • 2021 (JMJ diocesana): Nos inspiramos en San Pablo a quien Jesús resucitado le dijo: ¡Levántate! Te hago testigo de las cosas que has visto (Hch 26,16)
  • Lema de la JMJ 2022/23: María se levantó y partió sin demora (Lc 1,39)

En esta frase del evangelio de Lucas, María después de la anunciación, se levantó y partió para ir a ayudar a su prima Isabel.

El verbo común a los últimos lemas es levantarse. No solo significa ponerse de pie, sino que en el contexto del Nuevo Testamento adquiere también el significado de “resurgir”, “despertar a la vida”.

La humanidad, tras las experiencias aún activas de la pandemia y la guerra necesita un resurgir.

En este mensaje del Papa Francisco a los jóvenes por la JMJ de agosto de 2023 en Lisboa nos invita a vivir una oportunidad para tener una experiencia de un nuevo comienzo.

Primera parte: «María se levantó»

María, después de la anunciación, hubiera podido dedicarse a sí misma. Pero no; ella confió plenamente en Dios y pensó más en Isabel.

Aunque el impactante anuncio del ángel haya provocado un “terremoto” en sus planes, la joven no se dejó paralizar.

Se levantó y se puso en marcha, porque estaba segura de que los planes de Dios eran el mejor proyecto posible para su vida.

María se convirtió en el templo de Dios, imagen de la Iglesia en camino. La Iglesia que sale y se pone al servicio, la Iglesia portadora de la Buena Noticia.

Experimentar la presencia de Cristo resucitado en la propia vida, encontrarlo “vivo”, es la mayor alegría espiritual, una explosión de luz que no puede dejar a nadie “quieto”.

Nos pone en movimiento inmediatamente y nos impulsa a llevar esta noticia a otros, a dar testimonio de la alegría de este encuentro.

Es lo que animó a los primeros discípulos en los días siguientes a la resurrección: «Las mujeres, atemorizadas pero llenas de alegría, se alejaron rápidamente del sepulcro y fueron a dar la noticia a los discípulos» (Mt 28,8).

Los relatos de la resurrección utilizan a menudo dos verbos: despertar levantarse. Con ellos, el Señor nos insta a salir a la luz, a dejarnos llevar por Él para cruzar el umbral de todas nuestras puertas cerradas.

La Madre del Señor es modelo de los jóvenes en movimiento, no inmóviles frente al espejo contemplando su propia imagen o “atrapados” en las redes. Ella estaba totalmente orientada hacia el exterior.

Es la mujer pascual, en permanente estado de éxodo, de salida de sí misma hacia el gran Otro que es Dios y hacia los demás, los hermanos y las hermanas, especialmente los más necesitados, como lo fue su prima Isabel.

Segunda parte «María partió sin demora»

La prisa de María es, por tanto, deseo de ponerse en servicio, del anuncio gozoso, de la respuesta rápida a la gracia del Espíritu Santo.

María se dejó interpelar por la necesidad de su prima anciana. No se echó atrás, no permaneció indiferente. Pensaba más en los demás que en sí misma. Y esto dio dinamismo y entusiasmo a su vida.

Pregunta del Papa Francisco para cada uno: ¿Cómo reacciono ante las necesidades que veo a mi alrededor? ¿Pienso inmediatamente en una justificación para desentenderme, o me intereso y me pongo a disposición?

No se pueden resolver todos los problemas del mundo, pero tal vez puedan empezar con los más cercanos.

Ante una necesidad concreta y urgente, hay que actuar con rapidez. ¿Qué “prisas” nos mueven? ¿Qué nos hace sentir el impulso de moverse, tanto que no podemos quedarnos quietos?

No hay que preguntarse por nosotros ¿por qué me pasa esto a mí? ¿por qué ahora?, la pregunta central de nuestra existencia es: ¿Para quién soy yo? .

La prisa de María es la de quienes han recibido dones extraordinarios del Señor y no pueden dejar de compartirlos. Es la prisa de los que saben poner las necesidades de los demás por encima de las suyas.

María es un ejemplo de persona joven que no pierde el tiempo buscando la atención o la aprobación de los demás, sino que se mueve para buscar la conexión más genuina, la que surge del encuentro, del compartir, del amor y del servicio.

Tercera parte: experimentar una prisa que nos empuja hacia arriba y hacia los demás

La prisa buena siempre nos empuja hacia arriba y hacia los demás.

También existe una prisa que no es buena, como por ejemplo la que nos lleva a vivir superficialmente, a tomar todo a la ligera, sin compromiso ni atención, sin participar realmente en las cosas que hacemos.

La prisa de cuando vivimos, estudiamos, trabajamos, salimos con los demás sin poner en ello la cabeza y, mucho menos, el corazón.

Puede ocurrir:

  • en la familia, cuando no escuchamos realmente a los demás ni les dedicamos tiempo
  • en las amistades, cuando esperamos que un amigo nos entretenga y satisfaga nuestras necesidades, pero lo evitamos si vemos que está en crisis y nos necesita
  • e incluso en las relaciones afectivas, entre novios, pocos tienen la paciencia de conocerse y entenderse a fondo.

El encuentro de María e Isabel

Cuando María llegó finalmente a la casa de Zacarías e Isabel se produjo un encuentro maravilloso.

En cuanto escuchó su saludo, Isabel se llenó del Espíritu Santo. Estas sorpresas e irrupciones del Espíritu ocurren cuando experimentamos la verdadera hospitalidad, cuando ponemos en el centro al huésped, y no a nosotros mismos.

Esto es también lo que vemos en la historia de Zaqueo. En Lucas 19,5-6 leemos: Al llegar a ese lugar [donde estaba Zaqueo], Jesús miró hacia arriba y le dijo: “Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa”. Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría.

A muchos de nosotros nos ha sucedido que, inesperadamente, Jesús salió a nuestro encuentro: por primera vez, experimentamos en Él una cercanía, un respeto, una ausencia de prejuicios y condenas, una mirada de misericordia que nunca habíamos encontrado en los demás.

No sólo eso, también sentimos que a Jesús no le bastaba con mirarnos desde lejos, sino que quería estar con nosotros, quería compartir su vida con nosotros. La alegría de esta experiencia despertó en nosotros una prisa por acogerlo, una urgencia por estar con Él y conocerlo mejor.

Isabel y Zacarías acogieron a María y a Jesús. ¡Aprendamos de estos dos ancianos el significado de la hospitalidad! Pregunten a sus padres y abuelos, y también a los miembros mayores de sus comunidades, qué significa para ellos ser hospitalarios con Dios y con los demás. Les hará bien escuchar la experiencia de los que les han precedido.

Hora de emprender los encuentros

Queridos jóvenes, es hora de volver a emprender sin demora el camino de los encuentros concretos, de una verdadera acogida de los que son diferentes a nosotros, como ocurrió entre la joven María y la anciana Isabel. Sólo así superaremos las distancias —entre generaciones, entre clases sociales, entre etnias y categorías de todo tipo— e incluso las guerras.

Los jóvenes son siempre la esperanza de una nueva unidad para la humanidad fragmentada y dividida.

Pero sólo si tienen memoria, sólo si escuchan los dramas y los sueños de sus mayores. Es necesaria una alianza entre los jóvenes y los ancianos, para no olvidar las lecciones de la historia, para superar las polarizaciones y los extremismos de este tiempo.

Ahora, en Cristo Jesús, ustedes, los que antes estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Cristo es nuestra paz; él ha unido a los dos pueblos en uno solo, derribando el muro de enemistad que los separaba, a través de su propia carne

Efesios 2,13-14

Jesús es la respuesta de Dios a los desafíos de la humanidad en cada época. Y esta respuesta, María la llevaba dentro cuando fue al encuentro de Isabel. El mayor regalo de María a su parienta anciana fue llevarle a Jesús.

¡Mi mensaje para ustedes, jóvenes, el gran mensaje del que es portadora la Iglesia, es Jesús!

Sí, Él mismo, su amor infinito por cada uno de nosotros, su salvación y la nueva vida que nos ha dado.

María es el modelo de cómo acoger este inmenso don en nuestras vidas y comunicarlo a los demás, haciéndonos a su vez portadores de Cristo, portadores de su amor compasivo, de su generoso servicio a la humanidad que sufre.

Final del mensaje: ¡Todos juntos en Lisboa!

María era una joven como muchos de ustedes. Era una de nosotros.

A cada uno y cada una de ustedes les renuevo mi calurosa invitación a participar en la gran peregrinación intercontinental de jóvenes que culminará en la JMJ de Lisboa en agosto de 2023.

Queridos jóvenes, sueño que en la JMJ vuelvan a experimentar la alegría del encuentro con Dios y con los hermanos y las hermanas.

Tras largos periodos de distancia y aislamiento, en Lisboa redescubriremos juntos la alegría del abrazo fraternal entre los pueblos y entre las generaciones, el abrazo de la reconciliación y la paz, ¡el abrazo de una nueva fraternidad misionera!

Que el Espíritu Santo encienda en sus corazones el deseo de levantarse y la alegría de caminar todos juntos, en estilo sinodal, abandonando las falsas fronteras. ¡El momento de levantarse es ahora! ¡Levantémonos sin demora!

Y, como María, llevemos a Jesús dentro de nosotros para comunicarlo a todos. En este hermoso momento de sus vidas, sigan adelante, no pospongan lo que el Espíritu puede hacer en ustedes.

De todo corazón bendigo sus sueños y sus pasos.

Roma, San Juan de Letrán, 15 de agosto de 2022, solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María.

Foto de Ágatha Depiné en Unsplash