Iniciación

«¿Dónde vives? Venid y lo veréis» Jn 1, 38-39

14-15 / 16-17 años
Es una etapa para promover una maduración humana y de fe acorde a la realidad personal del joven que le lleve a personalizar la experiencia de Dios.
El joven, sabe que está dentro de un proceso, se descubre como discípulo de Jesús, ve que es hora de tomar decisiones y se decide a participar en un camino de fe dentro de un grupo juvenil.

Destinatarios

El perfil del destinatario puede ser el del joven adolescente, hasta ahora “alejado” de la vida de la parroquia o bien que desde niño ha seguido un itinerario en su educación en la fe dentro de la catequesis parroquial o movimientos de infancia.
Los jóvenes que comienzan pueden o no estar confirmados, además es posible incorporar en este proceso los contenidos de la catequesis para la preparación a la confirmación, como se describirá más adelante.

Objetivos

1. Descubrir el sentido de la propia vida y reconocerse como persona; ser inteligente y libre

Adquirir una concepción positiva de mi mismo
Reconocerme: ¿quién soy yo?
Trazar el perfil de uno mismo; me defino (tiempo, estudios, familia, amigos, sexualidad…)
Descubrir y desarrollar mis capacidades mediante actividades concretas
Reconocer y asumir mis limitaciones
Reconocer la dimensión espiritual que todo ser humano posee.

2. Avanzar en la formación de nuestra fe y asimilar que mi fe en Jesús es razonable

Buscar las cuestiones que me interrogan como cristiano
Profundizar en los contenidos básicos de la fe
Buscar los cauces que dan respuesta y pongan nombre a mi relación personal con Dios

3. Encontrar el sentido comunitario de la fe y vivirlo en Iglesia

Reconocer al otro como persona y al grupo como punto de encuentro con Jesús
Asumir que vivimos en continua relación
Aprender a valorar las capacidades de los demás; El otro me aporta y me enriquece
Descubrir el sentido de la escucha
Aprender a dialogar; descubrir la importancia de la tolerancia-respeto al otro
Descubrir en el grupo un espacio para la amistad y convivencia
Sentir que mi grupo es Iglesia

4. Crecer en cuanto a responsabilidad de mis obligaciones como cristiano y a hacer buen uso de mi tiempo

Asimilar los valores que se deducen del Evangelio
Reconocer la propuesta de Jesús de Nazaret
Adoptar un compromiso gradual y estable en mi vida
Descubrir que Jesús abarca todas las dimensiones de mi vida
Reconocer que Jesús de Nazaret no me deja impasible sino que transforma mi vida
Analizar desde nuestra fe en Jesucristo temas de actualidad para crear opinión
Aprender a hacer buen uso de nuestro tiempo, tanto en nuestro provecho, como en el de los demás
Desarrollar una actitud de acogida hacia los nuevos miembros del grupo

5. Conocer que la fe se expresa; celebración y oración en la comunidad cristiana

Descubrir y desarrollar la propia interioridad e introducirse en la oración personal
Descubrir la importancia de la oración en grupo
Iniciar una formación sobre el sentido y la historia de los sacramentos: Acercarnos a los Sacramentos para vivirlos, llenarlos de sentido desde nuestra realidad.
Descubrir que creer en Jesús es algo que se comparte; sentido de la celebración.
Descubrir que creer en Jesús es fruto de un encuentro personal; la oración
Reconocer a la comunidad cristiana como el lugar de crecimiento e impulsora del seguimiento de Jesús.

Aspectos importantes del proceso

Los objetivos que se han presentado han de ser aplicados durante la etapa teniendo en cuenta la realidad y el proceso que sigue el grupo. Es el educador quien debe procurar una correcta planificación.

A continuación se ofrece como ayuda una breve descripción del proceso “tipo” a seguir por el grupo.

Es importante iniciar el grupo potenciando las relaciones interpersonales (valores de la confianza, el compartir, etc.) centrándonos en reconocer al otro como persona y al grupo como punto de encuentro con Jesús. Unido a esto y para ayudar en el conocimiento mutuo, conviene plantearse también al comienzo el objetivo de descubrir el sentido de la propia vida y reconocerse como persona; ser inteligente y libre. Todo ello puede complementarse desde un sentido transcendente trabajando el descubrir la propia interioridad.
Una vez establecida la base del grupo, puede potenciarse más el avanzar en la formación de nuestra fe, descubrir que ser cristiano es seguir a Jesús (ser discípulo) y que por nuestro Bautismo somos cristianos con todas las consecuencias, por lo que es necesario crecer en cuanto a responsabilidad de mis obligaciones.
A medida que se lleva a cabo una formación que nos ayuda a hacer razonable nuestra fe, es importante continuar desarrollando la propia interioridad.
Todo el proceso debe completarse no olvidando el sentido comunitario de la fe y su expresión, celebración y oración en la comunidad.

Resumen de los contenidos

Los principales centros de atención de esta etapa serán:

  • Nuestro ser persona y nuestra sociedad.
  • Jesús: su persona, actitudes y entorno.
  • El grupo: unidad, fraternidad, disponibilidad, perdón, comunicación de sentimientos, respeto. La Iglesia
  • Formación y práctica de los sacramentos.
  • La Biblia: familiarización con la Biblia utilizando citas del Evangelio u otros relatos bíblicos en relación con los temas tratados.