Cómo entender el Nuevo Testamento – Claves de lectura

Muchas veces, leer el nuevo testamento y entender bien lo leído es difícil, porque hay que tener en cuenta una serie de claves de lectura que nos ayudarán a cómo interpretar correctamente lo que leemos.

El contexto del Nuevo Testamento es muy diferente

El tiempo en que vivió Jesús era diferente al nuestro en en muchos aspectos… Es necesario tener unas nociones de este entorno para entender correctamente los relatos y poder interpretarlos.

El contexto geográfico es el de palestina en el siglo I. El pueblo judío está dominado por el imperio romano, mediante reyes que controlan la región de forma despótica.

En cuanto al contexto cultural y religioso, tenemos un pueblo muy religioso que está esperando un mesías liberador de la opresión. Existía una separación entre judíos y gentiles o griegos (todos los que no eran judíos).

A nivel social tenemos a los fariseos, un grupo muy religioso experto en la ley, y a los saduceos, dirigentes políticos y religiosos que se ocupan del templo.

El templo es el centro religioso y económico, criticar o actuar contra el funcionamiento del templo era ir en contra del poder religioso y económico.

Cuando Jesús entró en Jerusalén, toda la población conmovida preguntaba: —¿Quién es éste? Y la multitud contestaba: —Es el profeta Jesús, de Nazaret de Galilea. Jesús entró en el templo y echó fuera a los que vendían y compraban en el templo, volcó las mesas de los cambistas y las sillas de los que vendían palomas. Les dijo: —Está escrito que mi casa será casa de oración, mientras que vosotros la habéis convertido en cueva de asaltantes.

Evangelio de Mateo 21, 10-13

A nivel económico, los relatos del evangelio suceden en un entorno agrícola con una economía de subsistencia. El pueblo tenía una gran carga de impuestos (cobrados mediante una red de recaudadores) que causaban gran pobreza.

Las enfermedades (como las de la piel o las que incapacitaban) eran consideradas castigos de Dios o impurezas y causaba que los enfermos vivieran separados y condenados a la indigencia.

Por algunos que se tenían por justos y despreciaban a los demás, les contó esta parábola: —Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, el otro recaudador. El fariseo, de pie, oraba así en voz baja: Oh Dios, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres, ladrones, injustos, adúlteros, o como ese recaudador. Ayuno dos veces por semana y pago diezmos de cuanto poseo. El recaudador, de pie y a distancia, ni siquiera alzaba los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho diciendo: Oh Dios, ten piedad de este pecador. Os digo que éste volvió a casa absuelto y el otro no. Porque quien se ensalza será humillado y quien se humilla será ensalzado.

Evangelio de Lucas 18, 9-14

A tener en cuenta a nivel general

Cualquier lectura del Nuevo Testamento tiene que interpretarse en su conjunto, o es fácil sacar una cita de su contexto y llegar a conclusiones erróneas.

El NT tiene una finalidad catequética, intenta transmitir las enseñanzas de Jesús. Los escritores reconocen a Jesús como Mesías, quieren participar de su proyecto del Reino de Dios e invitan a hacerlo a los lectores.

Sin embargo, todo el mundo puede leer el nuevo testamento, ni hay que tener fe, ni tenerlo todo claro.

Recomendaciones para leer y entender un texto del nuevo testamento

Cuando leemos debemos preguntarnos ¿qué es lo que está diciendo literalmente el texto? ¿qué es lo que quiere decirme el autor?

En este sentido es muy útil analizar el lenguaje:

  • ¿Quién es el protagonista principal de un pasaje? ¿Qué hace cada uno de los personajes?
  • ¿Qué tiempos verbales utiliza? Revisar el uso de pasado, presente o futuro
  • Observar los verbos de acción, los que marcan movimiento o reflejan cambio de estado ¿qué sucede con los personajes conforme evolucionan?

Para finalizar, destacar que para entender la lectura del nuevo testamento es necesario disponer de una buena biblia, las biblias actuales contienen introducciones y notas que nos aclaran todo lo necesario.

Jesús Llegó a Jericó. Y cuando salía de allí con sus discípulos y un gentío considerable, Bartimeo, hijo de Timeo, un mendigo ciego, estaba sentado a la vera del camino. Al oír que era Jesús de Nazaret, se puso a gritar: —¡Jesús, Hijo de David, compadécete de mí! Muchos lo reprendían para que se callase. Pero él gritaba más fuerte: —¡Hijo de David, compadécete de mí! Jesús se detuvo y dijo: —Llamadlo. Llamaron al ciego diciéndole: —¡Ánimo, levántate, que te llama! Él dejó el manto, se puso en pie y se acercó a Jesús. Jesús le preguntó: —¿Qué quieres de mí? Contestó el ciego: —Maestro, que recobre la vista. Jesús le dijo: —Vete, tu fe te ha salvado. Al instante recobró la vista y lo seguía por el camino.

Evangelio de Marcos 10, 46-52

Puedes profundizar en este tema o regresar a la introducción.

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